Propiedades de Lujo en venta en Florianópolis, Santa Catarina

La capital del estado de Santa Catarina es conocida también como “la Isla Mágica” y no es por casualidad: cuenta con 42 playas censadas y cerca de un centenar todavía sin nombre. Turistas y residentes pueden elegir entre playas urbanas abarrotadas en la parte septentrional de la isla o rendirse al salvaje y tranquilo sur, con olas violentas aptas para el surf pero también aguas tranquilas, con largas extensiones de arena así como pequeños paraísos escondidos. Floripa, como es conocida, es un diamante. La playa de Jurerê Internacional es frecuentada por la élite brasileña y acoge lujosísimas villas y apartamentos de lujo. Por la noche, las fiestas en la playa, con mucho champagne y música electrónica, no faltan en Jurerê. Durante el día, los VIP pasean con sus Ferrari y cuerpos esculpidos desfilan por la arena blanca de esta maravillosa playa. Otra opción para quien busca apartamentos y áticos de lujo es la Lagoa da Conceição. No quedaréis indiferentes con las vistas de la laguna. Los barrios de Abraão, Jurerê, Agronômico y el Centro, son algunos de los más caros de la ciudad y cuentan con un mercado inmobiliario de lujo en gran expansión. Pero Floripa no es solo frenesí: la ciudad acoge playas para surfistas, donde tienen lugar muchos campeonatos de surf internacionales, como Joaquina, Mole, Brava y Campeche, aguas tranquilas para las familias, como en la playa de Lagoinha o Cachoeira do Bom Jesus y playas de pescadores como Armação y Ribeirão da Ilha, donde se puede comer la ‘tainha’ – pescado típico de la región – y ostras recién pescadas. Hay también playas frecuentadas por extranjeros, como Canasvieiras, y algunas con resorts de lujo, como Costão do Santinho. Un buen plan es visitar el puente Hercílio Luz, Forte Santana, el mercado público, la Lagoa da Conceição, las playas de Santo Antônio de Lisboa y Ribeirão da Ilha y sus maravillosas y estrechas callecitas con casas de estilo azoriano. Otro puede ser practicar algunos de los deportes disponibles en toda la isla. En definitiva, solo hay que elegir la playa que más nos guste y disfrutar de la hospitalidad de la ciudad, que fue elegida por Condé Nast Traveler como la más amistosa del mundo.