DESCRIPCION
Cielos despejados en este día despejado de principios de primavera, cita en la iglesita junto a la espléndida casa que nos disponemos a visitar. Tres golpes que estremecen el silencio, aquí donde la paz reina suprema puedes encontrar tu alma y tu esencia. La visita de hoy no comenzará desde la entrada principal en el lado largo de la casa, sino desde una de las grandes ventanas francesas en la sala de estar. Me enamoré de cada habitación de esta casa, adoro su ser chic, sofisticado y esencial. La elección de partir de la cocina viene del binomio hogar=familia y para mí familia=cocina. Aquí nos encontramos en un gran recibidor de ladrillo visto y grandes ventanales, una pared enyesada en blanco delimita el espacio destinado a una isla acondicionada para cocinar, a los lados unas sencillas estanterías y cuadros dejados en el suelo en una búsqueda de estilo exquisitamente snob. El arco reforzado con pletina y varillas de hierro queda suspendido entre la cocina y la gran mesa del comedor, mientras tres solitarios sillones de mimbre miran románticamente a la chimenea de espaldas a las ventanas del jardín. Adyacente está la entrada donde dos sofás esmeralda dan la bienvenida a los miembros cansados de aquellos que han venido aquí a pie o que quieren resguardarse del fresco en un caluroso día de verano. Tenemos que dejar atrás el primero de los muchos baños de la casa y bajar un par de escalones para empezar a ver las estancias más íntimas. Y aquí estamos en la primera zona de relax, una sala de paso donde, además de la chaise longue, se ha creado un cómodo armario. A esta zona se asoma el lavadero, un despacho amplio y muy luminoso y el primer dormitorio con guardarropa y baño privado. Ahora subamos un nivel, los primeros escalones de metal se convierten en una antigua escalera de terracota que conduce al rellano que es un cruce de caminos para las distintas habitaciones. El primero a la derecha de la escalera con un gran muro de piedra vista está separado del baño por un armario Seguimos bajando unos escalones a la izquierda, nos detenemos un momento en un salón en voladizo en el piso de abajo y luego visitamos los otros dos dormitorios, un doble con armario empotrado y un estupendo doble. Cada habitación de la masía se caracteriza por espléndidos suelos de madera, elegantes muebles de diseño, brillantes accesorios de acero, grandes y luminosos ventanales y paredes en parte de piedra vista y en parte pintadas de blanco, mientras que cada habitación tiene su propio baño privado con doble lavabo y ducha de cristal. cubículo. Los espacios de esta vivienda han sido muy estudiados y cuidados hasta el más mínimo detalle, nada se deja al azar, al combinar buen gusto y grandes dimensiones se ha conseguido una armonía compositiva que une la cocina, el salón, la las habitaciones y los baños como eran notas de una delicada melodía y que hacen placentera la estancia en cada uno de ellos, mientras que los modernísimos sistemas tecnológicos garantizan altísima eficiencia y una calidad de vida inigualable. La masía también dispone de amplios espacios exteriores. El terreno en propiedad supera los 11.000 metros cuadrados, en los que a escasa distancia de la edificación principal encontramos una gran nave agrícola anexa de unos 130 metros cuadrados. Completamente recuperado en el exterior y deliberadamente dejado sin terminar en el interior, es un espacio abierto para ser utilizado según las necesidades, los requisitos o la imaginación.