DESCRIPCION
Esta casa, orgullosa y rica, está protegida de las miradas de los extraños por una sólida pared de ladrillos; al mundo exterior sólo muestra una fachada adornada con un cinturón decorativo de los colores del trigo de verano. Un coqueto motivo vegetal, un tulipán, se complace en los cartuchos de la pared. Las contraventanas azules bordean las ventanas que se abren al interior a amplias y luminosas habitaciones con vigas en el techo y maravillosas estufas: estufas originales con azulejos, estufas de esquina, estufas altas, estufas construidas como un elegante aparador que llama la atención al instante. Las puertas son a menudo dobles y están pintadas del tradicional color verde de la zona; los bancos alegremente pintados conservan la costumbre del lugar. El gran patio, con su puerta abovedada que antaño utilizaban los carros de bueyes, está hoy lleno de césped y arbustos bien cuidados; caminos adoquinados bordean la casa y las plantas crecen en las esquinas cerca de los canalones. Aquí y allá, las ventanas se abren entre las hojas y ramas que crecen colgadas de la pared, creando ese ambiente rústico que promete frescor y mimos. Hay cuatro casas tradicionales ubicadas en 9000 metros cuadrados de terreno urbano. Su edad varía y comienza en 1862, cuando se construyó una casa con un dormitorio, baño, salón y bodega. Otra construcción es de 1950 y ofrece dos dormitorios, dos baños y pasillos, bodega y cobertizo/establo. Además de estos, hay un edificio con dos habitaciones, salón, baño, cobertizo y taller y otro con cobertizo, restaurante (sala de estar), cocina y sala técnica (en el primer piso hay un apartamento con sala de estar, dormitorio y baño). Aunque tienen total autonomía y pueden ser propiedad individual de diferentes propietarios, también pueden funcionar excelentemente como casa de huéspedes turística o centro de eventos porque también están servidas por un edificio donde se organizan la zona de spa, tumbonas, sauna y terraza. El pueblo no es grande: un asentamiento de casas alineadas a lo largo de la carretera, la mayoría de ellas con campos verdes al fondo del patio, típico del relieve montañoso, de la meseta de Hârtibaciu. Situado a 20 km de Viscri, el emblemático pueblo de Transilvania popularizado por el rey Carlos III de Gran Bretaña, Grânari disfruta de las mismas características y tradiciones sajonas pero evita la congestión y los precios de su vecino más famoso. foto Florin Pepene
