DESCRIPCION
El Palazzo a Positano está situado en una excelente posición para disfrutar de la belleza de Positano y de los servicios que ofrece la “perla de la costa”. Se encuentra cerca del centro (se puede llegar a pie en unos 10 minutos) y, al mismo tiempo, lejos del frenesí turístico. El hermoso palacio barroco está distribuido en el esquema clásico del siglo XVII en cuatro plantas. Una escalera central desciende desde el nivel de la planta de entrada “noble”, hasta la zona de Relax (nivel -1) o hasta las suites y habitaciones de las plantas superiores (niveles 1 y 2). La fachada frontal da a terrazas y balcones panorámicos. Dos alas laterales completan la terraza de la planta principal dándole al edificio una forma de C proyectada hacia el mar que garantiza la máxima privacidad. El palacio no tiene acceso para vehículos, pero se puede llegar a él subiendo 190 escalones. Al adquirir el paquete "Il San Pietro", podrás llegar o salir desde el muelle privado del hotel. Il Palazzo se distribuye en 5 niveles, 4 de los cuales son residenciales y 1 para uso de servicios. Un jardín sombreado de limoneros, naranjos y pomelos se extiende a lo largo del nivel superior. En el nivel inferior se encuentra una zona de relajación, que incluye una piscina con corriente de baño, una sala de masajes en la antigua capilla palatina, una sala de vapor y sauna, y una terraza panorámica con tumbonas y un jacuzzi decorado con azulejos de mayólica. Rica en detalles arquitectónicos, la planta "noble" con la entrada principal se abre a una maravillosa terraza panorámica amueblada con tumbonas y una gran mesa para cenar al aire libre. HISTORIA En la entrada del Palacio de Positano está grabada en piedra la fecha 1716, año en el que el palacio se convirtió en residencia episcopal. Su fundación se remonta a la segunda mitad del siglo XVII y el proyecto original tuvo muy en cuenta los cánones estéticos de la época, tanto en el interior como en el exterior. Su historia como residencia religiosa se evoca en el estilo espiritualizado de la estructura y el mobiliario, así como en numerosas pinturas detalladas de la batalla de Lepanto, orgullo de la Liga Santa). Los preciosos interiores (ricos en estucos, bóvedas, mármoles, puertas lacadas y otros adornos) y, sobre todo, la elegante fachada que da a Positano con estatuas, logia y terrazas y balcones panorámicos recuerdan el estilo barroco de esa época. Hoy en día, estas características le confieren un carácter fuerte y distintivo en la localidad, al igual que su llamativo color rojo pompeyano, muy de moda en el siglo XVIII. El Palacio está situado en el distrito Li Parlati de Positano, donde se construyeron muchas otras suntuosas villas, lo que hizo que los lugareños llamaran a esta zona "la calle de las casas comunales" debido a los grandes palacios que destacaban en contraste con las casas más comunes de la época. En 1926, Eduard Gillhausen vino a Positano para curarse de un ataque de nervios que había sufrido después de la Primera Guerra Mundial. Alemán de Hattingen y exponente de la escuela de arte y diseño llamada Bauhaus, llegó con su amante Hedwig para comenzar una nueva vida. Parecían salir sobre todo de noche; se dice que sólo se le pudo conocer a partir del atardecer, probablemente relacionado con sus estudios de astronomía y su pasión por observar las estrellas). DonEduardo, como lo llamaban los lugareños, se instaló en el Palazzo, enamorado de la maravillosa vista, de la paz del lugar y de Eva-Maria (ella también había cambiado de nombre). Juntos acogerían a grandes iconos de la cultura del siglo XX como Pablo Picasso, John Steinbeck, Alberto Moravia y muchos otros. En 2003, el Palacio pasó a nuevos propietarios que, a lo largo de cuatro años, sometieron la estructura a una hábil restauración devolviendo a la villa su esplendor original.
