DESCRIPCION
Madera marrón en el exterior y cálida como la miel en el interior, alegres geranios y una fachada en amarillo pastel conforman la fórmula representativa de las casas de huéspedes de montaña que adoptan un diseño rústico. Estas características se complementan con luminosos espacios interiores que se conectan con el cielo azul de la montaña a través de amplios balcones. El patio es un oasis de vegetación, y se accede a través de un callejón pavimentado, flanqueado a izquierda y derecha por geranios; la propiedad también dispone de cuatro plazas de aparcamiento. El edificio cuenta actualmente con diez habitaciones que pueden reconfigurarse para diversos usos. Su ubicación privilegiada a 300 metros del centro del complejo ofrece a esta propiedad una flexibilidad envidiable. Sinaia es la joya de la corona del turismo de montaña; con más de tres siglos de historia a sus espaldas, se ha convertido en un destino imprescindible desde que Carol I la eligió como residencia de verano y construyó aquí el Castillo de Peleș, entre 1873 y 1914. Y hoy el complejo atrae a muchos visitantes, desde aquellos interesados en deportes alpinos hasta aquellos atraídos por el turismo cultural, un recorrido por la ciudad que trae a cada paso los nombres de grandes arquitectos que firmaron edificios que aún son espectaculares hoy en día, como la Estación de Sinaia, los hoteles Caraiman, Palace y Furnica o el Casino de Sinaia (se dice que el barón Edgar de Marcay, accionista del casino en Montecarlo, fue el primer inversor en el de Prahov, en 1913 cuando se construyó). Las elegantes villas están diseñadas por los arquitectos más importantes del país, entre ellos Ion Mincu, Paul Smărandescu, Petre Antonescu, Toma Socolescu, Grigore Cerchez, Duiliu Marcu y Karel Liman, y ofrecen un eclecticismo especial fuertemente puntuado por elementos del Renacimiento alemán.
