DESCRIPCION
Al cruzar el puente desde la antigua Ciudadela, en el límite entre los antiguos barrios de Iosefin y Elisabetin, es decir, en el actual bulevar 16 Decembrie, antiguamente llamado Petrovaradin, la mirada se eleva con asombro para contemplar el palacio Franz Marschall, un espectacular lienzo de piedra en el que manos maestras tallaron ricas decoraciones. Al formar parte de la explanada de la Ciudadela, esta zona solo pudo desarrollarse después de 1892, cuando los planes urbanísticos aceptaron la expansión de la ciudad y la construcción de edificios. Es la época en la que el arquitecto Martin Gemeinhardt diseña hermosos edificios en los estilos de la época: Secesión y Art Nouveau. Participó en la Primera Guerra Mundial, fue activo políticamente y empresario (copropietario de una fábrica de ladrillos), por lo que se integró perfectamente en la vida cotidiana. Martin Gemeinhardt se certificó como ingeniero de construcción en 1902 y utilizó sus habilidades para compensar la grisura cotidiana de la ciudad, dotando a la ciudad de edificios fabulosamente decorados. Generoso con motivos vegetales, zoomórficos y figurativos, diseñó los palacios de Jakab Csendes, Ferencz Marshall, Johan Harlauer (Casa con pavos reales y búhos), la Casa Romulus Nicolin, el Palacio de la Casa de Ahorros de Timișoara, el Palacio Károly (Karl) Weisz (antiguo Hotel Real) y los Palacios Salamon Schnürer y Adolf Hanecker. Sus fachadas, elaboradas, elegantes y llenas de vida, captaron la atención de sus conciudadanos, quienes las recibieron con alegría y con inauguraciones mencionadas por los periódicos de la época. A finales del siglo XIX y principios del XX, con la finalización del bulevar 16 de Diciembre, la zona tiene una unidad y una simetría que se suman a la monumentalidad de los edificios. Las fachadas están ricamente decoradas, los tejados son altos y en las esquinas los arquitectos optaron por torres o edículos. Así, el palacio de Franz Marschall se enmarca en frentes de calle continuos formados por edificios del mismo estilo y régimen de altura, dispuestos en planta baja y dos pisos; por regla general, el propietario vivía en la parte delantera, alquilándose el resto de las viviendas a quien lo deseaba.
