DESCRIPCION
Diseñada por el ingeniero livornés Carlo Cartier y construida entre 1896 y 1898, esta villa combina elementos góticos, renacentistas y moriscos. Su torre, sus saeteras, su almohadillado, sus ventanas y frisos de arco apuntado, y su logia con columnas son testimonio del eclecticismo que caracterizó las residencias de la alta burguesía y la nobleza europeas de la segunda mitad del siglo XIX. Los tejados inclinados de tejas rojas evocan el estilo de las construcciones alpinas, mientras que elegantes frisos calados decoran la sección central de la casa y se repiten en las puertas y ventanas, incluido el patio interior. Tres de las cuatro puertas de hierro forjado que dan acceso a la villa se apoyan en torretas con acrotería, mientras que la puerta principal se apoya en dos torres originales, utilizadas antaño como puestos de guardia. Estas torres, con ventanas de arco apuntado y frisos ornamentales, dominan la calle principal, creando una entrada majestuosa y evocadora. La villa se extiende sobre una superficie de 2.000 metros cuadrados e incluye la casa principal, un amplio jardín, dependencias, una cabaña de cazador y un amplio patio. En el interior, elegantes escaleras con antiguas balaustradas de piedra conducen al salón, al comedor y a una estancia iluminada por una galería con vidrieras y delicadas decoraciones florales. Una escalera lateral conduce a una galería con amplios ventanales que dan al jardín. La zona privada de la villa, ubicada en la entreplanta, incluye doce habitaciones, así como numerosos cuartos de servicio. Una escalera interior conecta la galería con el parterre de la primera planta. En la planta baja, una terraza con escaleras conduce al jardín y al huerto. Un gran patio al noroeste conecta la villa con las dependencias, que incluyen las habitaciones de servicio, los baños, las cocinas, un cobertizo, un granero y una cabaña de cazador. Con el paso de los años, se han ido anexando algunas partes de la villa para mejorar la funcionalidad y la habitabilidad de la propiedad.