DESCRIPCION
¿Quieres ser parte de la historia? ¿Buscas ser el guardián de un patrimonio nacional? ¿Te apasiona rescatar fragmentos de México y unir las piezas para un nuevo legado? Los Estudios Nancarrow-O’Gorman son una oportunidad única en el mercado, irrepetible.
La historia de estas dos casas se remonta a la amistad entre dos titanes del arte: Por un lado, Conlon Nancarrow, el más grande compositor de música experimental y mecanizada del siglo XX y por el otro, Juan O’Gorman, uno de los cinco fantásticos del arte mexicano del siglo XX.
En 1940, Conlon Nancarrow, tras ser víctima de hostigamientos por parte del gobierno de su país, Estados Unidos, decide exiliarse en México y es acogido por su amigo y simpatizante, Juan O’Gorman, que en 1948 le construye una primer casa en este terreno.
La importancia artística de esta casa es incuantificable. Ya que alberga la colección de petromurales (técnica distintiva de Juan O’Gorman) más vasta dentro de un espacio privado. Dichos murales, fueron nada más ni nada menos, el ensayo previo a su obra magna, los petromurales de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, hoy patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Y fueron recientemente restaurados por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL). Así que poseer en los muros de tu propio hogar, un discurso artístico de tal envergadura, es una hazaña y proeza digna de un gran orgullo y responsabilidad. La oportunidad y la relevancia de adquirir un pedazo de la historia de este país, a través de este acontecimiento tangible, es única en la vida.
En esta primera etapa constructiva también nos encontramos con un místico estudio de grabación; aislado acústicamente y diseñado por el propio Conlon Nancarrow. Impenetrable ante el ruido mundano y capaz de reproducir únicamente el latido de tu corazón. Dentro de este espacio es que Nancarrow realizó gran parte de su magia y ofrendó las piezas y los instrumentos más excéntricos y creativos para ser interpretados frente al mundo.
Una cocina modernista con mucha personalidad, una recámara con baño completo y chimenea integrada, el vestíbulo/recibidor/comedor rodeado de petromurales de O’Gorman, se desplantan frente a un hermoso jardín maduro y profundo rodeado de gigantescos árboles que mecen el aire a tu paso.
Rematan en esta primera etapa constructiva, un lúgubre pasadizo escondido tipo bodega/cava y una enigmática biblioteca de dos pisos donde se aloja parte de la colección privada de libros de Conlon Nancarrow.
La segunda etapa constructiva, es una casa que se encuentra al fondo del terreno y está conectada a través de un pasillo con la primera casa. Tiene la peculiaridad de ser la última casa construida por Juan O’Gorman como arquitecto, profesión de la cuál se había retirado hace más de 20 años (inicios de los 50s) por motivos de desilusión personal.
Construida en los años 70, posee todo el sello distintivo de O’Gorman (rocas volcánicas, herrería y techos aparentes de vigueta y bovedilla).
Cocina integral, sala y comedor con vista al frondoso jardín, una pequeña terraza/invernadero hacia ese mismo jardín, una acogedora chimenea de leños en la sala, un cuarto de servicio con baño completo, medio baño de visitas acompañan la planta baja.
En planta alta tenemos tres recámaras que comparten dos baños completos y un espectacular estudio con su propio balcón y terraza, con vista 360° hacia la copa de los árboles y los petromurales de Juan O’Gorman. Un auténtico latir para todos los sentidos.
La casa puede alojar, en batería, hasta 10 vehículos dentro del evocativo y pintoresco pasillo de 50 metros que nos recibe a esta propiedad histórica. Un pasillo tan extenso, que también se presta a diferentes escenarios, incluidas las intervenciones murales.
Un lienzo intocable e inconmensurable en valor (petromurales) acompañan y danzan sobre varios lienzos empolvados a este lugar mágico y cargado de simbolismos. La imaginación vuela para reconvertir y proyectar nuevos escenarios para dichos espacios.