DESCRIPCION
Longmeadow, enclavada en el corazón del prestigioso Parque Matthiessen de Irvington, es una auténtica maravilla: un ejemplo atemporal de la grandeza del río Hudson. Majestuosamente ubicada en 4.8 hectáreas de exuberantes terrenos abiertos, esta extraordinaria finca captura todo el esplendor de su idílico entorno. Con imponentes vistas tanto del ondulado paisaje como de las tranquilas aguas del Hudson, Longmeadow ofrece un entorno realmente impresionante. Minuciosamente restaurada y cuidadosamente reinventada, la casa combina magistralmente la elegancia arquitectónica clásica con una sofisticada estética moderna. En su interior, los interiores irradian una natural sensación de lujo: frescos, cómodos e innegablemente impactantes. Cada detalle ha sido cuidadosamente seleccionado para realzar la experiencia de la vida diaria, desde los altos techos hasta las habitaciones de escala perfecta que se transforman a la perfección de lo formal a lo relajado. Con más de 1025 metros cuadrados en cuatro amplios niveles, la residencia es a la vez grandiosa en escala y de ambiente íntimo. En el centro de la casa se encuentran ocho habitaciones con baño privado, bellamente decoradas y diseñadas como un santuario privado, junto con doce baños con acabados de la más alta calidad. Una impresionante galería interior de 9 metros ancla la casa, conectando una serie de impresionantes salas comunes, ideales tanto para grandes reuniones como para la reflexión en silencio. Un punto culminante de la primera planta es la impresionante logia, que se abre a una terraza de 30 metros orientada al oeste con vistas despejadas al río. Desde aquí, una elegante escalera desciende en cascada hasta los cuidados jardines, una exquisita extensión de la belleza arquitectónica de la casa. La planta baja ofrece una experiencia de vida totalmente inmersiva, con áreas dedicadas a la recreación, el fitness y el entretenimiento. Disfrute de amplias salas de juegos, un gimnasio de última generación, una cocina de verano y un baño completo, todo ello conducido a la joya de la corona: una piscina cubierta climatizada de 6,4 metros, que ofrece un escape con calidad de resort durante todo el año. A solo 40 kilómetros de Midtown Manhattan, Longmeadow ofrece la inusual combinación de total privacidad y acceso inmediato a la vida urbana. El encantador pueblo de Irvington, con sus boutiques, su vibrante oferta gastronómica y sus parques ribereños, está a un corto paseo. Longmeadow, una propiedad única en su tipo, combina la belleza atemporal con el lujo moderno, y cada servicio está diseñado para ofrecer un estilo de vida inigualable. Con habitaciones para invitados, vestidor privado y garaje para cuatro o más coches, esta es una propiedad histórica sin igual.