DESCRIPCION
Descubrimos Bagolino, este municipio con un nombre divertido, casi por casualidad, impulsados por el deseo de unas vacaciones tranquilas pero llenas de auténtica belleza. Este encantador pueblo, situado entre las montañas de Brescia, cerca del lago d'Idro y la reserva natural de Ponte Caffaro, nos ha conquistado con sus impresionantes vistas, la naturaleza virgen y la paz que se respira en todas partes. Es el destino ideal para aquellos que buscan un oasis lejos del caos, pero con todas las comodidades al alcance de la mano.
Habíamos alquilado una villa muy cerca del lago, en la aldea de Ponte Caffaro durante dos semanas, sin imaginar que nos enamoraríamos tanto que desearíamos comprarla. Se trata de una propiedad prácticamente nueva, lista para ser habitada, donde al entrar se siente inmediatamente como en casa. Cercado por un seto cuidado, ofrece un jardín privado que da una sensación de exclusividad y serenidad. El patio en pórfido abraza completamente la villa, creando un área de convivencia perfecta con zona de barbacoa, espacios de relax y una espléndida piscina donde nuestros niños han pasado horas felices.
El interior es simplemente impecable. Decorado con un gusto moderno, minimalista y chic, todo en elegantes tonos de blanco y crema, transmite frescura y refinamiento. En la planta baja nos acoge una gran cocina habitable, muy luminosa, con doble acceso al patio y a la piscina: perfecta para cocinar juntos y luego comer al aire libre. La sala de estar, amplia y pavimentada en claro, es el corazón de la casa, donde compartimos juegos, risas y momentos de verdadera relajación. Las cuatro habitaciones dobles, todas con baño privado, ofrecen el máximo confort, ideales también para alojar a amigos o familiares.
La villa también tiene un primer piso independiente, un apartamento en sí mismo todo con techo descubierto, con sala de estar, cocina, una habitación doble, una habitación con tres camas y un baño. Esta zona resultó ser perfecta para los abuelos, que pudieron disfrutar de su privacidad sin dejar de estar cerca.
No pensábamos encontrar un lugar tan especial, ni una casa tan perfecta. Pero ahora que la hemos vivido, ya no queremos dejarla. Esta villa, a pocos minutos del lago de Idro es mucho más que una casa de vacaciones: es un sueño que queremos convertir en realidad.