DESCRIPCION
Encajada entre las suaves colinas toscanas, esta extraordinaria propiedad cuenta una historia de elegancia, armonía y luz. Es mucho más que una villa: es un pequeño pueblo privado, un lugar donde cada rincón huele a tranquilidad y cada detalle parece concebido para acoger y sorprender. La casa principal, con sus 300 metros cuadrados, se abre en cuatro apartamentos de refinada sencillez, cada uno de unos setenta metros cuadrados, cada uno con su propio carácter, su propia mirada hacia el paisaje y su intimidad.
Al descender al sótano, luminoso gracias a las ventanas que enmarcan el jardín, se encuentran dos apartamentos acogedores, cada uno con dos dormitorios, un baño, una cocina bien organizada y un salón que invita a la convivencia. Es un espacio sorprendentemente aireado, ideal para invitados, familias o quienes deseen preservar el espíritu de un hogar vivido y compartido.
Al subir un piso, la atmósfera se expande. En el nivel superior se abren otros dos apartamentos, también compuestos de dos dormitorios, baño, cocina y salón. La luz aquí es más intensa; atraviesa las ventanas y se posa sobre los interiores con elegancia natural. En uno de estos apartamentos se esconde además un valioso trastero, útil y discreto, perfectamente integrado.
Una escalera de caracol conduce hacia la buhardilla, un refugio acogedor y sugestivo compuesto por una zona de día con cocina, un baño, un dormitorio y una pequeña habitación que puede servir de estudio. El techo abuhardillado, las alturas variables y la cálida atmósfera generan una sensación de intimidad absoluta, como si fuera un mundo aparte suspendido entre la tierra y el cielo.
Junto a la villa principal se extiende la dependencia, un edificio de unos doscientos metros cuadrados que amplifica el espíritu convivial de la propiedad. Aquí se encuentran una gran cocina y un amplio salón, lugar ideal para reuniones familiares, cenas al aire libre y momentos festivos. Un trastero de veinte metros cuadrados y una lavandería exterior completan la funcionalidad. En el exterior, el horno de leña parece un homenaje a la tradición, una promesa de noches de verano perfumadas de pan, pizzas y risas.
El parque que rodea toda la propiedad es un auténtico cuadro toscano: suaves desniveles, amplias zonas verdes, vistas que cambian con el transcurso del día. En el centro de este escenario, la piscina se presenta como un oasis de silencio y belleza, rodeada de áreas dedicadas al descanso. Tres baños con ducha sirven esta zona, permitiendo a los huéspedes moverse con total libertad.
Cada parte de esta villa parece pensada para vivir el tiempo lentamente, para respirar hondo, para disfrutar de la luz, del paisaje y del aire libre. Es una propiedad que une funcionalidad y poesía, perfecta para quienes buscan una residencia con múltiples almas: familiar, acogedora, elegante, reservada. Una villa que no solo hospeda, sino que envuelve, narra y emociona. Una villa que se convierte en una experiencia.
